Akop P. Nazaretián.
Seminario Científico Internacional, Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos.
Centro de Estudios Humanistas de Moscú, octubre 2006.
Para orientarse en el espacio-tiempo histórico y formular objetivos constructivos, en un mundo cuya característica principal es la inestabilidad, hay que distinguir el estado real de cosas de los mitos y prejuicios; y un verdadero peligro de un peligro inventado. Para la mitología habitual, propuesta por los medios de comunicación, algunos planteamientos de este informe, dedicado a reflejar los resultados de una investigación de muchos años, resultarán bastante sorprendentes.
1. Las investigaciones históricas y culturales comparativas, junto a los cálculos del coeficiente de «derramamiento de sangre» (el porcentaje de homicidios en una unidad de tiempo con relación a la populación), demuestran que la opinión común de que hoy día la violencia ha alcanzado su punto máximo es equívoca. En realidad, el nivel de violencia política y cotidiana es hoy más bajo que nunca antes en la historia. No hay que confundir nuestra preocupación por el presente con la dinámica real que muestran los datos históricos: nunca antes un ser humano común ha estado tan protegido de las diferentes formas de violencia política y cotidiana, incluyendo la agresión biológica (los microorganismos patógenos, los animales salvajes, etc.) y el hambre. Según datos de la Organización Mundial de la Salud el número medio anual de suicidios en el mundo sobrepasa al número de homicidios, lo cual representa una situación histórica sin precedentes.