Pere Torras.
Tarde del Domingo de Ramos. Representación teatral de la PASIÓN DE JESÚS: Anás va dando al Sanedrín “argumentos” para hacer “legal” la condena de Jesús, ya decidida. También habla de “proteger al pueblo”. Detrás de mí una voz femenina susurra bajito: Esto es el que está pasando hoy entre nosotros. La crucifixión de Jesús muestra una violencia extrema; exhibida para que sirva de escarmiento. La sentencia, exigida por un pueblo que venera a Dios como Padre, es: “Nosotros tenemos una Ley y, según esta Ley, este hombre debe morir porque se ha hecho hijo de Dios”. Los relatos evangélicos hacen notar que la crucifixión de Jesús fue, para el pueblo, como un “acto de culto”.