La violencia se manifiesta en diversas formas y contextos, ya sea física, psicológica, simbólica o institucional, y ejerce su poder de manera desigual, afectando gravemente la integridad de quienes la padecen. Es crucial destacar que los niños, niñas y adolescentes son especialmente vulnerables a las violencias, y las secuelas de estas experiencias pueden marcar sus vidas de forma duradera.