En conmemoración del natalicio de Mahatma Gandhi se celebra el 2 de Octubre el Día Internacional de la No Violencia. Más allá del enorme significado histórico y moral que representa la gesta emancipadora anticolonial de la India a través de una masiva y valiente lucha popular con una metodología no violenta, cabe preguntarse situadamente por la actualidad de la No Violencia en términos sociales y personales. ¿Ha avanzado la No Violencia en América Latina y el Caribe? ¿O es un espejismo de minorías, un sueño bohemio, en el mejor de los casos, una aspiración noble? ¿Es posible registrar avances no violentos en el marco de un sistema signado por la apropiación, la imposición de modelos, la mercantilización de la vida? ¿Es acaso lícito rescatar acontecimientos alicientes cuando millones de personas sufren a diario los flagelos de la amenaza física, la inclemente miseria, la discriminación, la soledad y un desgarrador vacío de sentido existencial? ¿Lícito? Claro. También imprescindible.
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(Imagen de Esquerda.Net Flickr, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons)