Hay ciudades emblemáticas vinculadas al movimiento nacionalsocialista como Nüremberg por sus increíbles y espectaculares reuniones multitudinarias en el Campo Zeppelín, pero la más unida a los nazis es sin duda Münich, dónde Hitler se dirigía cada año a su vieja guardia durante el aniversario del putsch que protagonizó del 8 y 9 de noviembre de 1923 y que le llevó a la cárcel, dónde dicto a su lugarteniente Rudolf Hess el Mein Kampf. Precisamente en la universidad Ludwig-Maximilians de la capital bávara, durante 1941, empezaba a florecer un movimiento de oposición al régimen nazi.
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