Hay noticias que parecen llegar desde otro planeta, pero hablan directamente de nuestro debate político. La República de las Islas Marshall, un pequeño Estado insular del Pacífico, acaba de poner en marcha la primera renta básica universal nacional, permanente y legalmente consolidada del mundo. No un piloto. No un experimento de dos años, ni de tres, ni de cinco.
Por Julen Bollain / Daniel Raventós
Una política estructural, financiada y con pagos ya programados.El programa se llama Enra y consiste en un pago de alrededor de 800 dólares al año por persona, en cuatro entregas trimestrales, para todas las personas ciudadanas residentes en el país, incluyendo a las niñas y niños, sin prueba de medios ni requisitos de empleo. Lo que se implantará en aquellas islas es lo que la Red Renta Básica y la Basic Income Earth Network han defendido durante décadas: una asignación monetaria individual, universal, incondicional y periódica. Cierto, no se trata de una cantidad igual al menos al umbral de la pobreza como hemos defendido repetidamente los que firmamos este pequeño escrito, y esto debe dejarse muy claro, pero es un paso de gigante.



