Fernando MONTALBÁN, 24/10/2019
Resistir la violencia que hay en nosotros es posible si estamos atentos. Es entonces cuando vemos cómo nos toma o nos puede tomar y desde ahí elegimos la respuesta a dar. Desde la no-atención no hay elección, es mi propia memoria la que me da la respuesta a lanzar. No es aguantar o tolerar o resignarse ya que estos conceptos hablan de una actitud de vencido ante las dificultades. Resistir no es defenderse ni protegerse. Estas actitudes tarde o temprano harán que saltemos dando una respuesta basada en la violencia. Se habla mucho últimamente de la gente toxica y de alejarse, pero esto no resuelve nada, más bien nos debilita, ¿De cuanta gente toxica acabaremos alejándonos?, Y cuando nosotros mismos seamos los tóxicos, ¿Cómo huimos? No tiene mucho sentido esta propuesta y nos desvincula de la gente que nos rodea. El problema con la supuesta gente toxica es un problema de sistema de valores en donde las personas quedan por debajo de cualquier cosa: dinero, patria, banderas, bancos, trabajo… Si tanto temor tenemos a lo que pueda hacernos el otro, deberíamos comprender que si no estamos atentos todo nos pasa y si por el contrario nos ponemos en disposición de atender es más que probable que no nos tomen las situaciones, surjan opciones y podamos elegir. Pero, ¿Qué pasa con la violencia que hay fuera de mí? Leer el articulo publicado en el sitio Pressenza