Por David Andersson,
En la tercera asamblea del Foro Humanista Mundial, celebrada el 19 de julio, Antonio Carvallo propuso la creación de una nueva mesa de trabajo sobre el tema del Desarrollo Personal. Durante su presentación, una chispa llamó mi atención. Comentó que, durante más de 5.000 años, la humanidad ha dedicado casi toda su energía a comprender y desarrollar el mundo exterior, descuidando nuestro propio desarrollo interior como seres humanos. Aquí estamos hoy, con asombrosas capacidades tecnológicas, científicas, intelectuales y sociales. Podemos dividir átomos, cartografiar genomas y comunicarnos instantáneamente en todo el planeta. Sin embargo, en comparación, nuestra comprensión de cómo funcionamos internamente como seres humanos sigue siendo dolorosamente limitada. Los seres humanos siguen siendo tratados con demasiada frecuencia como herramientas, valorados principalmente por su capacidad de producir y consumir.