Parece paradójico que, en un mundo tan violento como el que vivimos, vengamos aquí a hablar de no violencia. Y parece más paradójico aún, que en un mundo donde se enfatiza en el fundamentalismo religioso y la intolerancia, vengamos a hablar de espiritualidad y no violencia. Todos, más o menos, podemos hacernos una idea acerca de lo que es la no violencia. En realidad, cuando hablamos de la no violencia, siempre tenemos que empezar explicando qué es la violencia y sus diferentes formas (física, religiosa, económica, psicológica, moral, etc.), porque la violencia está tan integrada en nuestra vida que es más difícil reconocerla de lo que pudiera pensarse.