No a las guerras de ningún bando, no a la violencia de ningún tipo… Este es el clamor que se escucha, esto es lo que siente la gente de corazón verdadero. Hoy nos enfrentamos a la crisis general de un sistema que ha fracasado, que no ha sido capaz de dar respuesta a las necesidades del ser humano, porque jamás lo ha tenido como valor central, supeditado como ha estado a los intereses económicos de unos pocos. Sabemos que no podemos detener su derrumbe, ni es nuestro objetivo; porque cuanto antes se caiga, antes podremos liberarnos. Podríamos creer que, junto a la caída del sistema, se cae uno también. Nada más equivocado, citamos a Silo para decir que “con el sistema se caen quienes están atornillados a él, que es el caso del espectro total de la clase política y los que están en el poder, desde la derecha explotadora hasta la izquierda mentirosa. Se caen todos, porque todos están enchufados succionando del sistema y están inquietos porque, con instinto animal, sienten en su interior el derrumbe del sistema. Así, cada propuesta que hacen está teñida por ese derrumbe interno”. Por tanto, generan violencia con cada decisión que toman.