Vadim Zagladin.
Centro mundial de estudios humanistas, Moscú, Anuario 1996.
El humanismo como idea y en determinado sentido como ideal; como actitud vital del Hombre y como comportamiento, correspondiente a tal actitud, es uno de los fenómenos más importantes y tal vez, en última instancia, determinantes de la vida social. Creo posible afirmar que el humanismo es en esencia su más alto valor. Pero las relaciones sociales respecto de él recuerdan al flujo y reflujo marinos.
La última década es una nueva pleamar. Una nueva ola de interés hacia el humanismo, su contenido y su concreción práctica. ¿Por qué? Evidentemente porque el peso y la injusticia de la existencia humana, la propagación de los standards de comportamiento antihumanistas precisamente ahora, al final del siglo XX se han vuelto aguda, dolorosamente perceptibles. Porque en la situación de crecimiento exponencial de la masa de dolor y sufrimiento de la gente, la necesidad de humanismo adquirió un carácter candente. De aquí, evidentemente, el surgimiento del Movimiento Humanista, cuya actividad refleja esta necesidad y junto con ello la materializa en su propia práctica.