Por Javier Tolcachier.
Un 18 de Junio de 1992 sucedía un hecho de relevancia singular. En la Academia de Ciencias de Rusia, el pensador humanista Silo disertaba sobre «La crisis de la civilización y el Humanismo». Inadvertido o habitualmente silenciado por la prensa hegemónica occidental, que por entonces solo vitoreaba «el fin de la Historia», el fundador de la corriente del Nuevo Humanismo, a invitación del Club de Intenciones Humanistas de Rusia, compartía su visión acerca de los acontecimientos que se desarrollaban, como lo señaló «en esta zona del planeta más que en cualquier otra, donde se está produciendo la aceleración más formidable de las condiciones del cambio histórico; aceleración confusa y dolorosa en la que se está gestando un nuevo momento de la civilización».