Fernando Alberto Garcia.
Local de La Comunidad para el Desarrollo Humano “Rebelión Humanista”, Buenos Aires, 13 de noviembre 2010.
Entre nuestros objetivos principales de “La Comunidad para el Desarrollo Humano” está el de contribuir a instalar una estructuración de conciencia no violenta como una conquista cultural profunda, como una configuración de conciencia avanzada en la que todo tipo de violencia provocara repugnancia con los correlatos somáticos del caso. Se dijo que, de consecuencia, “Esto iría más allá de las ideas o de las emociones que débilmente se manifiestan en las sociedades actuales, para comenzar a formar parte del entramado psicosomático y psicosocial del ser humano”. Cabe entonces indagar un poco sobre la implementación de este ambicioso objetivo.
En su noción popular, muchos consideran a la no-violencia simplemente como una forma de lucha por el cambio social y político. En este sentido, vendrán a la mente las figuras de Mohandas Karamchand Gandhi (conocido popularmente como Mahatma) y Martin Luther King, como adalides de la no-violencia.
Desde esta perspectiva, quizá se aprecie por ejemplo su eficacia dentro de un marco dado de relativa legalidad en el medio, con instituciones medianamente sensibles a los reclamos no violentos, y con militantes que no se constituyen (ni se encuentran en condiciones de constituirse) en una fuerza armada para lograr sus fines por medios violentos.