Miguel Lorente.
Médico forense y profesor en la Universidad de Granada.
Cuando se ven las concentraciones de gente, especialmente de jóvenes, durante los días correspondientes a determinados acontecimientos, y se dice que forman parte de su realidad en negativo, por ejemplo, las no-fiestas, los no-festivales, los no-botellones… da la sensación de que una gran parte de la sociedad se tranquiliza al entender que no hay problema alguno porque las fiestas o el evento en cuestión ha sido suspendido, como si el problema estuviera en el marco de la realidad no en ella misma. De nuevo se aprecia cómo el lenguaje define la realidad, y lo hace en positivo y en negativo; porque lo que no se nombra no existe, y lo que se nombre bajo una negación tampoco. Y eso que parece muy nuevo y propio del momento actual, es algo que el machismo ha utilizado siempre.
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