Resumen del conflicto.
Mientras una junta militar gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983 la disidencia fue silenciada. A plena luz del día o en la mitad de la noche los disidentes fueron sacados de sus casas, y a lo largo del país los que hablaban de pronto habían «desaparecido,” para terminar ya sea torturados en la cárcel o en la tumba. Para entonces era peligroso socializar con los que se pronunciaban claramente en contra de los militares. Incluso los abogados que se arriesgaron a defenderlos fueron desaparecidos. Era claro, y más tarde documentado, que las desapariciones eran una estrategia deliberada de las autoridades, representantes gubernamentales, fuerzas armadas, y oficiales de inteligencia (Agosín 1993: 22-23).