Steven Pinker.
Una obra en la que nos expone las investigaciones que ha llevado a cabo sobre la preponderancia de la violencia a lo largo de la historia. Estas investigaciones le han llevado a concluir que, pese a las guerras de Irak, Afganistán, Darfur y de otros conflictos actuales, vivimos en una época en la que la violencia ha disminuido enormemente respecto de tiempos pasados. La violencia es un fenómeno que se ha desarrollado durante milenios y no cabe duda de que, como nos explica Pinker, su declive tiene unas profundas implicaciones. Disfrutamos la paz de la que gozamos ahora porque las generaciones pasadas vivieron atenazadas por la violencia y ello les obligó a esforzarse para ponerle límites, y en el mundo contemporáneo somos nosotros quienes debemos trabajar para ponerle fin. No debemos dejarnos llevar por el optimismo pero, al menos, ahora sabemos que este es un objetivo que está a nuestro alcance. En definitiva, esta nueva obra de Steven Pinker abre una nueva perspectiva a las ciencias y a nuestra idea del hombre. Y es que la constatación de que la violencia ha disminuido a lo largo de los siglos quiere decir que algo habremos hecho bien.
Ediciones Paidós Iberica, Barcelona, 2012
Steven Pinker es profesor de psicología en la Universidad de Harvard, especializado en la investigación de la psicología cognitiva y psicología del lenguaje. En 2004, fue nombrado una de las 100 personas más influyentes por la revista Time.
NOTA DEL OBSERVATORIO: A pesar de la impresionante cantidad de información contenida en este trabajo y dada la referencia que el representa hoy en día en la sociedad, llamamos la atención sobre la distancia que es necesario adoptar al leerlo. He aquí algunos elementos que nos han llamado la atención: el libro se centra esencialmente en la violencia física, los datos y argumentos sobre la violencia de nuestros antepasados son débiles y poco convincentes, los numerosos análisis estadísticos en los que se basa el libro dan lugar, a menudo, a interpretaciones carentes de contexto, incluido el sociocultural, el olvido significativo de la mayor fuente de sufrimiento en el mundo de hoy, a saber, la violencia económica, quita toda credibilidad a la idea de que el mundo es menos violento hoy que ayer. Nos dirigimos más bien hacia el historiador frances François Cusset, que en su reciente obra «El desencadenamiento del mundo» habla del cambio de rostro de la violencia.