Por Maciej Bartkowski.
Dos libros recientes, Movimientos sociales y Guerra civil, y Resistencia civil en la Primavera Árabe: Triunfos y desastres,1 estudian las secuelas de la Primavera Árabe, y arriban a la conclusión de que los movimientos de resistencia civil pueden conducir a un incremento de la violencia, el autoritarismo y democracias fallidas. Tal y como Adam Roberts, uno de los editores de Resistencia civil en la Primavera Árabe, observa: “La resistencia civil puede jugar su parte en tragedias mayores. Si desplaza a un régimen sin proveer una sucesión exitosa, ésta puede conducir a vacíos de poder y espacios no gobernados, con resultados desastrosos. Puede incluso marcar el inicio de una guerra, siendo el caso de Siria un ejemplo particularmente preocupante.”