Hubo una época, hace no demasiado, en que en el Parlamento israelí conseguía la mayoría el partido Laborista. Entonces, los radicales extremistas de ultraderecha y los ultraortodoxos no contaban con la fuerza suficiente para poder manejar los gobiernos con sus exigencias. Entre entonces y ahora, ¿qué ha pasado?, ¿qué movimientos culturales se han adueñado de la población israelí y de sus votos?, ¿cómo se ha llegado al extremismo de justificar el genocidio palestino y su expulsión total?, ¿qué referencias culturales han cambiado para llegar a considerar enemigos dignos de la muerte ya a los bebés gazatíes? Son preguntas difíciles de resolver, pero es imprescindible su abordaje serio para poder aprender sobre lo que está ocurriendo y poder evitarlo. Además, estas preguntas andan en las cabezas de tod@s. Sin querer ser exhaustivos os ofrecemos tres abordajes. Son complementarios. Se complementan el poder de la cultura para fabricar guerras y el poder de los ejércitos para imponer las culturas más fascistas.
- Así se fabrica una guerra
- Israel: emprendedores del asco y radicalización
- Tercer abordaje: genocidio
