Josep Maria RUIZ SIMON
06/08/2019
Ya comentamos que Gene Sharp proponía la estrategia no violenta por motivos meramente pragmáticos. En el 2008 las politólogas norteamericanas Erica Chenoweth y Maria J. Stephan publicaron un entusiasta estudio académico ( Why civil resistance works: The strategic logic of nonviolent conflict) que quería probar que, en efecto, de acuerdo con lo sostenido por Sharp, los retos no violentos son el doble de eficaces que los que recurren a la lucha armada o a otras formas de violencia física para lograr sus objetivos. La primera de estas estudiosas escribió hace un par de años otro artículo ( The Guardian, 1/II/2017) donde mantenía que las estadísticas también muestran que con un 3,5% de la población permanentemente movilizada y comprometida con la resistencia no violenta hay bastante para hacer caer la dictadura más brutal. La finalidad de este artículo no era, en cualquier caso, señalar esta eficiencia, sino argumentar que aumenta cuando el campo de batalla no es una dictadura, sino un régimen democrático. Leer el articulo publicao en el sitio La Vanguardia