Del Observatorio de la no-violencia.
Una vez más, se pretende que la violencia puede resolverse recurriendo a la violencia. Una vez más, la no-violencia está ausente de los debates, aunque cuando hay violencia siempre existe, sistemáticamente, la posibilidad de la no-violencia.
Cuando se toma el camino de la violencia nunca se sabe cómo va a terminar, mientras que el conflicto se detiene cuando se elige la no-violencia.
Se habla de paz, pero para algunos la paz se consigue con las armas. Más que la paz, lo que hay que exigir es la no-violencia.
En este conflicto, una vez más vemos que los fundamentos del mundo actual se basan en la violencia… física, económica, psicológica e institucional, expresada a través de la venganza, el chantaje, la intimidación, la coacción, la manipulación, la tiranía, utilizando las armas como argumentos.
Optar por la no-violencia significa poner en marcha procesos de desobediencia civil, no cooperación, solidaridad, reconciliación y resolución de conflictos a través de soluciones exclusivamente no violentas…
Para acabar con la violencia, es necesario situar al ser humano como valor central y orientarse hacia el bienestar y la evolución de las poblaciones, por encima del crecimiento económico y de cualquier poder.
El Observatorio de la no-violencia llama a todos los ciudadanos a asumir su responsabilidad y a crear intencionadamente los medios para su propia liberación.