Por Umar Manzoor Shah.
R.S. PORA, India – Oler el humo tóxico de la pólvora quemada y mirar inútilmente hacia los campos envueltos en humo y ceniza ha sido siempre traumático. Correr a los centros de acogida y abandonar sus hogares, pertenencias y ganado cada vez que las fuerzas armadas de India y Pakistán abren el fuego mutuo resulta inexplicable. Luego vino el tiempo impredecible que ha traído el cambio climático. Pero los habitantes de este pueblo fronterizo llamado Bala Chak, ubicado en el sector de R. S. Pora de Jammu y Cachemira, han afrontado estoicamente estos desafíos por décadas. En 1947, cuando se dividió el subcontinente indio y se formó Pakistán como país independiente, también se trazó línea divisoria en esta aldea. Sialkote, una ciudad pakistaní, quedó a apenas unos metros de la aldea.
Leer el articulo publicado en Pressenza
Imagen: Umar Manzoor Shah / IP