Boris Koval.
Centro mundial de estudios humanistas, Aportes a la cultura humanista, Moscú, Anuario 1995
Cualquiera que trate de comprender el carácter y la esencia humanista de la concepción existencial choca con numerosas dificultades. Toda interpretación (inclusive nuestra) puede resultar equívoca, ya que esa concepción se la puede (y se la debe) más bien sentir (percibir), que interpretarla racional y serenamente.
La primera impresión causada por la filosofía existencial se reduce a que se fusionan de una manera incomprensible la razón y la emoción, con lo que ambas son de carácter sumamente inestable, al borde de la excitación maníaca y de la sinceridad manifiesta. He aquí un modelo filosófico, interesado no en una abstracción fría social, ni en una “socialización” de la experiencia de una cantidad inmensa de vidas, sino en la suerte, en cada una de las personalidades como tal.