Violencia y Democracia

Violencia y Democracia

Violencia y Democracia

24 febrero 2021

Eduardo Carrasco*.

La palabra “violencia” tiene su origen en la raíz prehistórica indoeuropea wei-, ‘fuerza vital’, fuerza que algunos tienen y de la que otros carecen, o fuerza que algunos tienen en mayor medida que otros. De ella deriva la palabra latina “vis”, que significa “fuerza”, “vigor”, en un sentido muy parecido al actual. “Vis” es lo que hace la diferencia entre el que es capaz de imponerse sobre otro y el que se somete. Pero también la palabra se usa en un sentido más general: Vis tempestatis es la fuerza de una tempestad, su poder devastador y en el Código de Justiniano se habla de una “fuerza mayor, que no se puede resistir’”(vis magna cui resisti non potest). Posteriormente, “Vis” dio lugar al adjetivo violentus que, aplicado a cosas naturales se puede traducir como ‘violento’, ‘impetuoso’, ‘furioso’, ‘incontenible’, y cuando se refiere a personas, como ‘fuerte’, ‘violento’, ‘irascible’. De violentus se derivaron violare -con el sentido de ‘agredir con violencia’, ‘maltratar’, ‘arruinar’, ‘dañar’- y violentia, que significó ‘impetuosidad’, ‘ardor’ (del sol), ‘rigor’ (del invierno), así como ‘ferocidad’, ‘rudeza’ y ‘saña’. De acuerdo al origen etimológico de la palabra existe una violencia que es propia de las fuerzas naturales, y una violencia humana. Ambas tienen que ver con el uso o la manifestación de una fuerza, y, en el caso de los hombres, con el uso que se hace de un poder que se tiene o se adquiere sobre otro. Leer el articulo publicado por Pressenza el 18/02/2017

*Profesor de Filosofía de la Universidad de Chile

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